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El test de Lüscher, también conocido como test de los colores es una prueba de tipo proyectivo, es decir, una prueba que trata de conocer nuestra personalidad a través de la elección de un color. Este test fue diseñado en 1948 por Max Lüscher, y aunque en la actualidad muchos psicólogos opinan que carece de valor diagnóstico, es frecuente encontrarlo en pruebas de selección laboral.  Algunas de las características que persigue aplicadas al ámbito laboral son conocer el modelo de afrontamiento del estrés, o el tipo de personalidad. Esta prueba se complementa siempre con una entrevista personal, siendo difícil falsear los resultados, puesto que se contrastan los resultados obtenidos en ambas partes del proceso selectivo.

Normalmente el test de Lüscher no se interpreta aisladamente, sino que forma parte de un conjunto de pruebas selectivas. Existen dos formatos de aplicación del test, uno abreviado que consiste en la ordenación de 8 tarjetas de color y otro completo que consiste en varias láminas con diferentes colores.

En el método abreviado, que es el que se utiliza con más frecuencia, se exponen ocho tarjetas de color: azul, rojo, verde, amarillo, violeta, marrón, gris y negro. Cada uno de estos colores, según la opinión de algunas escuelas de psicología, simboliza un dominio de sentimientos.

 

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En el año de 1947, y luego de haber estudiado la relación entre el color y distintos diagnósticos psicológicos, el psicoterapeuta suizo Max Lüscher creó una primera prueba de evaluación emocional y psicológica basada en la preferencia por ciertos colores y su relación con la personalidad.

Se trata de una prueba de tipo proyectivo, es decir, un instrumento para la exploración de la personalidad y el psiquismo utilizado con fines diagnósticos en distintos ámbitos como el clínico, el laboral, el educativo o el forense. Al ser proyectivo, es un test busca explorar dimensiones psíquicas a las que no se tiene acceso por otros medios (por ejemplo, por medio del lenguaje verbal o la conducta observable).

A grandes rasgos, el Test de Lüscher se basa en la idea de que la elección seriada de ocho colores distintos puede dar cuenta de un estado emocional y psicosomático determinado.

Max Lüscher
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El Test de Lüscher parte de relacionar la teoría de los colores fundamentales y complementarios, con las necesidades fundamentales y las necesidades que intervienen de manera indirecta en los mecanismos psicológicos.

En otras palabras, retoma la psicología de los colores para establecer una relación entre reacciones psicológicas y estímulos cromáticos, en donde se supone que cada individuo reacciona psicológicamente ante la presencia de un color determinado. Así, la estimulación cromática puede activar reacciones que hablan de la satisfacción, o insatisfacción, de necesidades psicológicas fundamentales.

Lo anterior se plantea como un fenómeno universal y compartido por todas las personas, independientemente del contexto cultural, el género, el origen étnico, el idioma u otras variables. Así mismo, se defiende bajo el argumento de que todos los individuos compartimos un sistema nervioso que permite responder ante la estimulación cromática, y con esto, activar diversos mecanismos psicológicos.

Componente objetivo y componente subjetivo

El test de luscher toma en consideración dos elementos que relacionan los estados psicológicos con la elección de ciertos colores. Dichos elementos son los siguientes:

  • Los colores tienen un significado objetivo, es decir, la misma estimulación cromática provoca la misma reacción psicológica en todos los individuos.
  • No obstante, cada persona establece una actitud subjetiva que puede ser, bien de preferencia, o bien de rechazo ante el estímulo cromático.

Es decir, parte de considerar que todas las personas podemos percibir por igual las diferentes gamas cromáticas, así como experimentar las mismas sensaciones a través de éstas. Atribuye pues un carácter objetivo a la calidad vivencial asociada con cada color. Por ejemplo, el color rojo activaría en todas las personas por igual una sensación estimulante y de excitación, independientemente de variables externas a las propias personas.

A esto último se le suma un carácter subjetivo, ya que sostiene que, por la misma sensación de excitación que el color rojo provoca, una persona puede preferirlo y otra puede perfectamente rechazarlo.

Así pues, el Test de Lüscher considera que la elección de los colores tiene un carácter subjetivo que no es posible transmitir fielmente mediante el lenguaje verbal, pero que puede ser analizado por medio de la elección aparentemente aleatoria de colores. Esto permitiría dar cuenta de cómo son verdaderamente las personas, cómo se ven o cómo les gustaría verse

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El procedimiento de aplicación del Test de Lüscher es sencillo. Se presenta a la persona un manojo de tarjetas de distintos colores, y se le pide que escoja la tarjeta que más le guste. Después se le pide que ordene el resto de tarjetas de acuerdo con su preferencia.

Cada tarjeta tiene un número en la parte posterior, y la combinación entre colores y números permite realizar un proceso de interpretación que depende, por un lado, del significado psicológico que este test atribuye a cada color, y por otro, depende del orden en que la persona ha acomodado las tarjetas.

Si bien la aplicación del test se basa en un procedimiento sencillo, su interpretación es bastante compleja y delicada (tal como suele ocurrir con las pruebas proyectivas). Aunque no es condición suficiente, para realizar la interpretación es necesario comenzar por conocer el significado que Lüscher atribuye a la elección o el rechazo de los distintos colores.

Se conocen como “colores de Lüscher” porque se trata de una gama de colores que tienen una saturación cromática particular, distinta a la que se encuentra en los objetos cotidianos. Lüscher los eligió de entre una gana de 400 variedades cromáticas distintas, y el criterio para su selección fue el impacto que generaba en las personas observadas. Dicho impacto incluía reacciones tanto psicológicas como fisiológicas. Para estructurar su prueba, los clasifica de la siguiente manera.

1. Colores básicos o fundamentales

Representan las necesidades psicológicas fundamentales del ser humano. Se trata de los colores azul, verde, rojo y amarillo. A muy grandes rasgos, el azul es el color de la involucración afecta, por lo que representa la necesidad de satisfacción y afecto. El verde representa la actitud hacia uno mismo y la necesidad de autoafirmación (la defensividad del yo). El rojo alude a la excitación y la necesidad de actuar, y finalmente, el amarillo representa la proyección (entendida como búsqueda de horizontes y el reflejo de una imagen) y la necesidad de anticiparse.

Reportar una percepción agradable ante la presencia de estos colores, es para Luscher un indicador de una psicología equilibrada y libre de conflictos o represiones.

2. Colores complementarios

Se trata de los colores violeta, café (marrón), negro y gris. Contrario a los colores básicos o fundamentales, la preferencia por los colores complementarios puede interpretarse como indicador de experiencia de estrés, o de una actitud manipulativa y negativa. Aunque también pueden indicar algunas cualidades positivas de acuerdo con cómo se coloquen. Asimismo, la elección de estos colores se asocia a personas que tienen experiencias de baja preferencia o de rechazo.

El color violeta es representativo de transformación, pero es también indicador de inmadurez e inestabilidad. El café representa lo sensitivo y lo corporal, es decir, está directamente conectado con el cuerpo, pero al tener poca vitalidad, su elección exagerada puede indicar estrés. El gris, por su parte, es indicativo de neutralidad, indiferencia y posible aislamiento, aunque también de prudencia y de compostura. El negro es representativo de renunciamiento o abandono, y en grado máximo, puede indicar protesta y angustia.

3. El color blanco

Finalmente el color blanco funciona como el color contrastante de los anteriores. No obstante, no tiene un papel fundamental en los significados psicológicos y evaluativos para esta prueba

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1.Extraiga las ocho tarjetas de colores del sobre que acompaña al manual.

2.Mezcle las tarjetas y colóquelas en un semicírculo frente a usted, con elcolor hacia arriba.

3.Observe los ocho colores y determine cuál le gusta más. Trate de noasociar los colores con otras cosas, como vestidos, muebles, automóviles,etc. Procure en su elección atenerse exclusivamente al color que le gustamás en sí mismo de los ochos que tiene adelante.

4.Tome la tarjeta que ha seleccionado, con el color hacia abajo, yubíquela arriba y a la izquierda de las otras siete.

5.Observe los colores restantes, elija, entre los que quedan, el que le gustamás y coloque esa tarjeta, con el color hacia abajo, a un lado y a laderecha de la que eligió antes.

6.Repita las indicaciones que se señalen el punto 5, hasta que las ochotarjetas se hallen en el colore hacia abajo formando una fila quecomienza a la izquierda con el color que le ha gustado más termina a laderecha con el que le ha gustado menos.

7.Lea de izquierda a derecha los números que figuran detrás de las tarjetasy anótelos en este mismo orden en una hoja de papel.

8.Recoja las ocho tarjetas, mézclelas de nuevo y vuelva a colocarlas frentea usted, con el color hacia arriba.

9.Repita las indicaciones que se señalan en los puntos 3 al 6 para estasegunda vuelta con os ocho colores. No trate de recordar o repetir laselección de colores que hizo antes. (Tampoco haga esfuerzosconscientes para no repetirla). Aténgase exclusivamente a los colorescomo si fuera la primera vez que los está viendo.

10.Cuando termine esta segunda vuelta, lea de izquierda a derecha losnúmeros y anótelos en la misma hoja de papel que usó antes, debajo delos otros números que ya tenía registrados.

11.Agrupe y marque las dos selecciones tal como se explica más adelante.

12.Completa las filas C o A y siguiendo las instrucciones que se señalan en el apartado de “Calificación”.

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Calificación
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