En la primera mitad del siglo XVI se desarrolló un nuevo período en el proceso de penetración española en América: la Conquista de las tierras firmes del continente. Para ello, se organizaron diferentes “empresas de conquista” destinadas a someter a los habitantes bajo el dominio de la monarquía española, siendo las más importantes las siguientes:
· En 1519 la expedición de Hernán Cortés que parte desde la isla La Española - actual Cuba - a México(territorio habitado por los aztecas)
· En 1531 la expedición de Francisco Pizarro que parte desde Panamá al territorio habitado por los incas (actualmente Perú, Bolivia, Ecuador).
· En 1535 la expedición de Diego de Almagro que parte desde el Cuzco - Perú a Chile descubriendo para España un nuevo territorio.
· En 1540 la Expedición de Pedro de Valdivia quien parte desde Cuzco con la intención de conquistar el territorio descubierto por Diego de Almagro.

¿Cuáles fueron los efectos o consecuencias que tuvo el proceso de conquista para los pueblos originarios de América?
Al respecto, es posible señalar que este proceso, que duró aproximadamente hasta el año 1550, tuvo una serie de efectos en la vida de los pueblos originarios del “nuevo continente”. En tal sentido, la conquista impactó tanto en los ámbitos demográficos, económicos, culturales y sociales de los “pueblos aborígenes” de América.

La implantación del dominio español en el nuevo continente tuvo, como consecuencia inmediata, una enorme disminución de la población indígena y, a largo plazo, la modificación de la composición étnica de varias zonas de “América”.
En los primeros años de la dominación española, la población indígena disminuyó por diferentes razones. La primera y más inmediata, fueron las guerras entre aborígenes y españoles. El despojo de alimentos y bienes de consumo de la población indígena, la destrucción de sembradíos, la captura de esclavos, etc como producto de la expresión bélica de la conquista diezmaron las población aborigen que paulatinamente iba siendo conquistada.
Pero no sólo el enfrentamiento bélico diezmó a la población autóctona. Más destructivas aún fue la aparición de una serie de enfermedades, que provenían del viejo continente, para las cuales los organismos de los pueblos aborígenes no tenían defensas naturales. Tal era el caso, por ejemplo, de la viruela y el sarampión. A lo largo del siglo XVI una serie de fuertes epidemias de viruela, sarampión, peste y otras enfermedades traídas por los europeos asolaron en distintas zonas del “nuevo continente” provocando una disminución considerable de la población aborigen.
De igual manera, el traslado de población indígena a otras zonas para atender ya sea nuevos intereses de producción, contiendas bélicas o empresas de conquista; el aumento de horas e intensidad del trabajo de los indígenas en labores mineras y de producción agrícola, así como, la disminución de la dieta alimentaria se conjugaron para provocar un verdadero “desastre demográfico”
Si bien en el siglo XVI se produce, como señalan los historiadores, una disminución creciente de la población aborigen, otro efecto de mediano y largo plazo comienza a manifestarse: el mestizaje biológico entre españoles e indígenas.

consistió en el sometimiento espiritual de los “indígenas” americanos mediante la evangelización, es decir, la cristianización o esneñanza de la religión católica a la población indígena americana. Cabe recordar que la difusión y enseñanza de la doctrina católica fue uno de los fines esenciales de la conquista y colonización ya que, el Papa Alejandro VI concedió en 1493, a los monarquía española “todas las islas y tierra firme que descubriesen al Occidente” con la obligación de que “al conquistarlas enviasen allí predicadores a convertir a los indios idólatras”.
Los encargados de llevar a cabo esta labor, fueron los misioneros de distintas órdenes religiosas -franciscanos, dominicos, jesuitas, agustinos- que acompañaron a los conquistadores desde las primeras incursiones. Además de cristianizar a los indígenas, los misioneros le trasmitían la cultura occidental, es decir, el lenguaje, las costumbres, valores, creencias y tradiciones europeas.
Sin embargo, el intento de imponer el cristianismo no pudo desterrar completamente las concepciones tradicionales religiosas del mundo aborigen. Ello dio como resultado que ambas visiones se mezclaran, surgiendo así una combinación de sistemas de creencias como resultado de la influencia mutua entre catolicismo y las religiones aborígenes. Este proceso de sincretismo cultural, es decir, de fusión o mezcla de elementos de culturas diferentes se dio, por ejemplo, en las zonas andinas de nuestro país, donde se han traspasado a la Virgen María funciones maternales y de protección que los antepasados atribuían a la Pachamama o Madre Tierra.

En virtud del proceso de conquista y de la dominación española. los pueblos aborígenes pierden la soberanía de sus territorios, es decir, pierden el poder sobre sus tierras y riquezas; ya que éstos pasan a ser considerados como propiedad de la monarquía española.
En relación a sus aspectos económicos, antes de la conquista de América las culturas aborígenes más complejas (incas, aztecas, mayas) habían desarrollado una economía de tipo agrícola, una producción de tipo artesanal y practicaban el comercio. En consecuencia, la explotación de recursos naturales se orientaba a la subsistencia de la población indígena y el desarrollo de sus culturas. Después de la conquista, la explotación de los recursos naturales y de la economía en su conjunto se reorientó en función de los intereses de la monarquía española. De este modo, se privilegió la explotación de los recursos mineros y de determinados productos agrícolas y se impuso un estricto monopolio comercial que estructuró los flujos comerciales hacia Europa, impidiendo el desarrollo de flujos de comercio interno, salvo en relación con determinados productos y regiones.
