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Durante mis vacaciones estuve visitando dos ciudades grandes en Europa. La primera fue París, un sitio lleno de contrastes, con calles viejas pero adorables, románticas y llenas de historia, y con construcciones modernas que muestran una ciudad con brillo y en la vanguardia. La segunda ciudad que visité fue Londres, la cuál posee un cierto encanto en su cielo melancólico, la vista del rió Tamesis y las antiguas edificaciones que se encuentran por doquier.